El renombrado sociólogo Zygmunt Bauman ha advertido sobre los efectos de la tecnología en nuestra sociedad actual. Según Bauman, todo está en constante cambio y movimiento, lo que él llama una “sociedad líquida”. Atrás quedaron los tiempos donde la estabilidad y la previsibilidad eran la norma, ahora todo es instantáneo y la inmediatez es valorada por la sociedad.
Esto se puede observar en la forma en que trabajamos y nos relacionamos con la tecnología. Antes, tener un empleo durante décadas era sinónimo de seriedad y estabilidad, pero hoy en día, tener varios empleos y acumular diferentes experiencias laborales es valorado en una sociedad líquida. La tecnología también ha cambiado la forma en que comemos, socializamos y aprendemos.
La comida rápida, por ejemplo, se ha convertido en una opción popular para aquellos que no tienen tiempo para cocinar o que prefieren la inmediatez. Mientras tanto, las formas tradicionales de aprendizaje están perdiendo terreno a favor de los recursos educativos en línea, como YouTube, donde se pueden aprender habilidades específicas en cualquier momento y en cualquier lugar.
En este contexto, es importante que los profesionales de la educación reevalúen cómo enseñan y consideren nuevas estrategias didácticas que sean más inmediatas y relevantes para la sociedad líquida. La clave es el desarrollo de habilidades en lugar del aprendizaje de contenidos específicos.
En resumen, la sociedad líquida en la que vivimos está cambiando constantemente, y la tecnología tiene un papel fundamental en esta transformación. La única constante en este entorno cambiante es nuestra necesidad de seguir aprendiendo y desarrollando habilidades para sobrevivir y prosperar en una sociedad líquida.